Los ochenta, los mejores

Mi semana como invitado en Blogs Bolivia la quiero estrenar hablando de algo que ocupa un lugar importante en mi vida, el cine.

El día de ayer domingo con ganas de ir a Espejillos, me levante temprano. Espejillos es una zona de cascadas y piscinas naturales muy próxima a Santa Cruz, con el calor que fatigaba desde las 9:00 am ya mi imaginación flotaba entre las prístinas aguas de alguna de las cascadas mencionadas. Al final nadie tenía la misma aventurera idea de salir a contactar la naturaleza y termine, por lo menos durante las primera horas del domingo, recurriendo a la incondicional de siempre, mi Sony Trinitron de 21 pulgadas.

Por alguna razón me salí de mi rango usual de canales y agarre una película que me hizo viajar disparado hacia mi infancia. Cloak & Dagger (1984) Esta película protagonizada por Henry Thomas, el mismo de ET, trata sobre un niño que tiene en su poder un videojuego y un amigo imaginario, el alma de su figura de acción Jack Flag(para los que nacimos en los 70’s eran muñecos nomás o Falcon’s les decían los mas sofisticados), que lo acompaña en todas sus aventuras. Una historia simple y con mucho apelativo para la imaginación de un niño.

Al final tome mi short, una toalla y me dirigí a la casa de mis padres para almorzar en familia y disfrutar del sol en la piscina de la casa. Cuando llegue a casa de mis padres me encontré con que 2 de mis sobrinos (Chiara y Sergio) estaban mirando la película y al mencionar que esa película la había visto cuando yo tenia unos 6 o 7 años me dijo Chiara… “Ahhh es vieja pero no importa a mi me gusta” jejeje nada reconfortante la respuesta. Me puse a pensar en las películas que marcaron mi infancia y me puse a comparar con lo que hoy en día les ofrecen a los niños.

Entre las películas que mas recuerdo de esa época están por supuesto ET quien podría olvidarse de ese alienígena de gran cuello y enormes ojos diciendo “ET phone home” o “Ouch” y una tiernísima Drew Barrymore vestida de Princesa Leia. The Dark Cristal (1982) es otra película que tengo entre mis recuerdos mas tétricos de mi infancia. Esos seres con pinta de suchas (buitres) y picos largísimo atemorizaron mas de una vez mi imaginación a la hora de dormir pero también fantaseaba que era el protagonista, no recuerdo el nombre, con mi cara alargada, casi ratuna, verde, en camino a salvar el planeta y a mi amor de cara amarillenta y ratonezca. Como olvidarse de los Goonies (1985), quien no quería ser Sean Astin (más conocido ahora por su papel de Sam Gamyi) para besar a la liadísima Kerri Green o Jonathan Ke Quan, ese chinito que tenia los inventos mas geniales después del Inspector Gadgets claro. Y recién estuve en una búsqueda parecida a la del santo grial para encontrar Laberinto (1986) esa increíble aventura de títeres y humanos que nos regala con un malvadísimo David Bowie y una joven y angelical Jennifer Conelly, cada personaje se hace tan querido que me parece imposible nombrar a los que mas me gustaron. La Caravana del Valor (1984) con esas bolas de pelos tan simpáticas que son los Ewoks de Lucas, si a eso le agregamos las armas lassers, no hay manera de que un niño no sueñe con eso. Y finalmente la espectacular Historia Sin Fin (1984), cuantos no han pasado horas jugando e imaginando que son Atreyu montados en Ártax combatiendo a la nada con la ayuda de Falkor, tirándose al piso para que las esfinges del destino no nos desintegren con los rayos dorados de sus ojos??? O darle un nombre a la Emperatriz.

Realmente los ochentas nos trajeron grandes películas llenas de fantasía y mundos nuevos donde nosotros, los que en ese entonces éramos niños, nos sumergíamos y vivíamos aventuras a diario. De los últimos años me parece que lo más rescatable es Las Crónicas de Narnia y quizás, solo quizás, alguna de la saga Harry Potter. Que nostalgia.

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