Gestos políticos

El día de ayer escuché a Tuto Quiroga decir varios jingles en la tv, incluso tenían rima. Todos los cantos hacían relucir a la primera amenaza nuclear encarnizada en el presidente de Irán. Como dice Jakobson, y lo reconoce también Nabokov, las palabras que se dicen sin música, sin esa cadencia en la prosa, tienen poca duración. Si a esto se suma el buen manejo de estrategias narrativas, arquetipos seductores, el inconsciente colectivo social va creyendo cualquier cosa, por más absurda que sea. Y es que los dólares presionan a las agencias de publicidad.

Una buena lista de arquetipos la tenemos en esta página, de las que Tuto, Evo, cívicos y muchos hacen uso. Lo interesante es cómo pueden coincidir con las marcas más exitosas. Uno de los arquetipos más típicos es la de crear opositores, al malo. Así comenzó por ejemplo Podemos y compañía para sus propuestas a la constituyente: mayor seguridad reprimiendo más al criminal. Tuvo muchos desaciertos en este proceso de la constituyente. Sin embargo, manejó maquiavélicamente a Sucre (“ustedes se merecen más pues son capital desde siempre”) y resultó. Pero todavía esto no se iguala al entramado de Evo Morales. El héroe-víctima, el excluido-resucitado.

La víctima, el abandonado, se supone, tiene a todo el mundo como villano. No es héroe si no hay lucha, si no hay revolución. Así, “la oligarquía”, Estados Unidos, en fin, el mundo está mal hecho. Y yo soy como tú, el oprimido. Igualdad para todos (aquí la mezcla cristiana-marxista). Una romántica y fantasmal propuesta, desafiante, aventurera. Imagínense en este papel a Tuto. Imposible.

Hacer una nueva constitución implica dejar estas viejas prácticas que, lo peor, seducen también al que las ejerce. Esperemos que los narradores omnipresentes no lloren con sus propias historias.

2 comentarios:

angelcaido666x dijo...

Tienes mucha razon.

Saluty

Fernando Ducrot dijo...

Si la ficción es buena y coherente, vale por mil. Es como un acto de magia, la gente espera algo extraordinario, no quiere saber la triste realidad.